Retales

Se despertó sudorosa con toda la maraña de pelo pegada a la cara. Sentía el sudor recorrer su desnudo cuerpo y aun no se atrevía a abrir los ojos, más bien aun no podía, tenia los parpados completamente pegados lo que le hizo agobiarse mucho más de lo que ya estaba.
Desistió, dio un bote y abrió los ojos tan bruscamente que el sol hizo que los volviera a cerrar y abrirlos nuevamente pero esta vez más despacio.

Fue entonces cuando lo vio sentado y apoyado al respaldo de la cama mirándola sorprendido y con un gesto un tanto cómico por la situación. En ese instante se dio cuenta de su desnudez y agarro la sabana torpemente, se sentó junto a él y retirándose el pelo de la cara mientras sonreía pícaramente le miro de reojo y dijo:

-¿Daniel, no?

-Exacto, ¿Estas bien?

Mmmm, ese nombre le recordaba demasiadas cosas, demasiados recuerdos ya olvidados hace ya algún tiempo cuando existían príncipes y princesas, cuando aun vivía en otro mundo donde una bella sombra siempre la protegía y un reflejo rubio le aguadecía día a día.

De pronto salio de ese ensimismamiento, aquel daniel que estaba a su lado y le sonreía como si nada, ya lo recordaba, lo conoció anoche en un pub de California era mono, demasiado mono. Recodó la loca noche que había pasado con aquella alma caminante como ella, su olor antes de quitarle la ropa y la suavidad de sus manos junto con la ternura de sus ojos.(Para nada se le parecía a aquel fantasma pasado)

Entonces le devolvió la sonrisa se levanto tal como su madre la trajo al mundo, se acerco al gran mapamundi que colgaba de la pare y puso una chincheta con un trozo de papel justo en California, entonces salio hacia la cocina mientras pregonaba dulcemente:

-¿Quieres algo para desayunar?

Él se levanto se puso los pantalones y se acerco lleno de curiosidad hacia donde apenas unos segundos había estado aquel ser que, misteriosamente le despertaba una gran sonrisa en la cara. Sabia que ella era diferente para bien o para mal aunque al ver aquel mapamundi y a la chicheta en California con su nombre "DANIEL" y otros nombres en diferentes sitios del mundo supo que muy dificilmente volvería a verle.

Solo le quedaba aprovechar aquellos efímeros instantes que le quedaban, aquel pájaro ansiaba la libertad quizá eso era lo que le había llamado la atención la noche anterior, una pena.

Era mona, demasiado mona.

Que no encuentro aunque busque o no busque..

Mientras, el tiempo al otro lado, ocupa mis peores pesadillas, la vida se esfuma y más cuando la pienso, por lo que mientras que pienso dejare de pensar, por lo que mientras existo, si me permitís, dejare de existir.

....quizá entonces encuentre.

Porque andamos intentando a toda costa que hoy no sea más mañana.

La insatisfacción inundan los adoquines de las calles, mientras la indignación nos perfora la razón y el sufrimiento se hace oír en el eco de la humanidad, aquella que salio volando en alguna migracion de pájaros silvestres y no regreso jamás. Nuestra mirada se llena de odio por la aniquilación de la naturaleza y de nuestro mundo a consecuencia del gran ego y ambición de los verdugos.
Y es que la esperanza, aquel sueño de los hombres despiertos, empieza ha hacerse sitio en alguna farola de la antigua bohemia, en algún rincón de la incansable injusticia que se reparte de izquierda a derecha sin juicio ni ley.
Rompimos la bola de cristal que nos regalaron para mostrarnos pasivos y receptores a cualquier cambio, traición y abuso del poder; rompimos la cascara y recuperamos el poder que todos tenemos con nuestra primera respiración, el poder de oír, ver y HABLAR, PENSAR, ACTUAR Y GRITAR.
La locura y la pasión se mezclan con esta fugaz juventud que logra hacer posibles los mas inverosímiles instantes que hacen tambalear el universo de los más pobres, aquellos que solo poseen dinero.
A pesar de todo ello, son muchos los que vuelven ha hacerse esclavos de novedosas decadencias y vicios, del tiempo y del espacio sin saber que una gota rompió el equilibrio de los sueños. Porque estos, con el peligro de que creamos que trafican con nosotros, son los que evolucionaron la historia y reinventaran el mundo.
Afanosos de batallas y luchas inevitables, alzamos las manos y abrimos bien los ojos aprendiendo de la amarga y dulce experiencia del día a día, sin ningún otro propósito que no sea averiguar donde pudo quedar aquella migracion de pajares silvestres.

Porque somos capaces.

Porque son gente como estas gracias a las cuales quizá el futuro pueda escapar del infierno que le persigue.