La vida se presenta con un toque extravagante,
Vida en estado puro, bruta, natural, volcánica, autentica.

Seguidores

martes, 8 de marzo de 2011



-¿Qué haces?


-Observo.


-¿Y que ves?


-Más de lo que puedes ver tú.


-¿Cómo puedes saber eso?


-¿Qué ves?


-Pues ¿Qué voy a ver? Un puñado de coches de toda clase y colores, movimiento a uno y otro lado, el ajetreo de la gran ciudad. Una pareja en una esquina y otra andando. Y miles de personas por toda la acera. Ah! Y justo enfrente acaba de pasar un chico.


-Lo que yo decía.


-A ver sorpréndeme, ¿Tú que ves?


-¿Yo? Yo veo el mundo. El humo que sale de aquellos coches y hieren, dañan al el aire que se mueve a uno y otro lado y hace que la melena morena de la muchacha de aquella pareja de la esquina se mueva sin ton ni son y no deje ver la cara del enamorado, que seguramente en este instante, vive más que tu o que yo. También veo aquella pareja que anda agarrados de la mano, aunque, desgraciadamente no duraran mucho porque hablan con las cabezas agachadas, sin mirarse a los ojos. Hay miles de universos por todos lados y sí, justo enfrente veo a un muchacho, de ojos marrones exactamente. De ojos marrones, morena cabellera y tímida expresión.

Y ¿Sabes quién es?


-¿Quién?


-Mi desino, al menos justo en este instante.


-¿En este instante?


-Sí, luego no se qué pasará.

Y se fue, con aquella sonrisa picarona, dispuesta a comerse aquel mundo que observaba y que ella jamás se detenía a mirar. No es bueno acostumbrarse a mirar tan solo la superficie de las cosas, la superficie de la realidad. Jamás podrá llegar a ser tan complicada como aquella rubia que va tras sus sueños, porque a diferencia de aquella loca, ella se ha ido convirtiendo tan solo en superficie.




Mientras en la gran inmensidad del mundo una loca corría por en medio de toda la gran vía de Madrid. Sabía que era complicada y que por ello había tenido infinidad de problemas, la mayoría con ella misma, pero así era ella y solo por eso era capaz de ver cosas que nadie en ese instante percibía.

El muchacho de ojos marrones se giro inconscientemente. Enfrente de él había observándole una muchacha, rubia, con una enorme sonrisa en la cara. Debía de haber venido corriendo por el medio de todo ese mar de gente porque respiraba fuertemente. Estaba loca, pensó, aunque siempre había sabido que las mejores personas lo estaban.





A veces todo es cuestión de sensaciones y debemos aprender a vivir esos instantes.



2 comentarios:

poetadebotella dijo...

mmm...para serte sincero, cualquier texto creo qe mejora mucho con esa primera canción que suena en tu reproductor...!:)
el texto es genial, me ha gustado...tiene mucha razón, todos vemos lo mismo pero cada uno lo interpreta como quiere, o mejor dicho...como quiere y puede!:)
muuah!

Srta. Liv dijo...

Estas Loca.