16:00

Solo se oía el sonido dulce del viento rozar aquella ventana herida, dañada por aquellos ojos que la miraban, entornados y viejos.
Ya no tenía conciencia del tiempo, los años pasaban por su ventana sin llamar y sin llegar a entrar a esa casa del ayer, bañada en el pasado. Veía como detrás de esas cuatro paredes el mundo continuaba, evolucionaba. Observaba a ese mundo desconocido, a esa humanidad que reía y lloraba. Mientras, ella, vivía en esa pausa de tiempo en el tiempo, sin expresión, sin realidad.
No lograba seguir su camino, esa asquerosa esperanza le mantenía ahí, frente a esa ventana inexistente y sin espacio.


Era vieja, ya todo era irreparable, el estar ahí sentada, el haber cambiado vivir por esperar. Esperaba ilusionada al principio, ahora solo espera desesperada. Inútil probar siquiera moverse, era demasiado tarde para intentar rehacer su mundo.
La esperanza le perseguía, le acechaba, le mordía como un lobo moribundo y herido que apretase sus dientes por última vez. Y ahí se encontraba ella, esperándolo. Como si el tiempo no hubiera pasado desde aquel 3 de Marzo de…. No sabía desde cuando, los años se escapaban de su mente.


Sin embargo quiere huir, quiere no ver, quiere quedarse serena, tranquila y vacía… ¿Por qué una pobre anciana como ella no puede alentar aquella libertad tan ansiada?
Se había acostumbrado a vivir fuera de ella misma, pensando en cosas lejanas, distantes…
Y ahora que esas cosas por las que vivía se esfumaban y se emborronaban, ella sigue dando vueltas por ese tiempo inexistente, buscando a ciegas una salida, la cual sabe que no ha de encontrar.



A pesar de todo cada día ella se impregna con el más aterrador de los sentimientos, el de poseer la esperanza muerta; sentirla y saber, que es irremediable.





Lady Madrid