Mientras te marchabas el mundo se le cayo sobre sus hombros, rompiendo su anatomia y su conciencia; haciendo de todo simple ceniza que nublaba sus sentidos y recuerdos, y hacia insoportable la culpa.
Tuvo pensamientos suicidas, toda su vida se le paso por delante con la unica certeza, de que no era mucho mejor que la bruja malvada de los cuentos de infancia.
El dolor cayo como bombas en pleno oceano, creando gigantes olas que destrozaban todo a su paso. El agua de aquellas olas hicieron mella en sus mejillas,y la tempestad de las circustancias se desato en la ira que sentia hacia ella misma.
Se odiaba, pero ese pensamiento no era mucho peor que el sentimiento que crecia poco a poco en ella.
Hizo derramar mucha sangre inocente, conviertiendola en una asesina insensible, que sepulcraba los sentimeintos sin piedad y rompia la magia a su andar. Destruyo su propia felicidad, y con tal peso tras de ella duda que alguna vez pueda perdonarse.
Lo único que a veces le hacia sonreir es aquel pensamiento que en algunas ocasiones se presentaba y le contaba que, almenos, aquel inocente a quien amaba, era feliz.
Ya todo estaba en su lugar, y yo estoy como debo estar. El tiempo es justiciero, aunque, a veces, sea lento su andar.
L.M
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